Orientado a actores, docentes, profesionales con una alta exigencia vocal, y para toda persona que perciba incomodidades y dificultades en la dicción, el manejo del aire, la proyección y volumen de la voz, la flexibilidad y continuidad del discurso.
Nuestra forma de hablar tiene que ver un poco con nuestras características físicas, y mucho con cómo aprendimos (principalmente imitando) a usar nuestro cuerpo. Educándolas de manera funcional, las cuerdas vocales no tienen por qué presentar fatiga ni formar patologías como son los hiatus, nódulos o pólipos.
Nuestra sociedad occidental basa gran parte de su quehacer cotidiano en el esfuerzo y la sobreexigencia... de esta manera se hace fácil maltratar nuestras cuerdas vocales y generar "vicios" de uso que desembocan en el tipo de patologías mencionadas. Para hacer conciente el uso incorrecto de este sistema y evitarse largas reeducaciones fonoaudiológicas es necesaria una mirada externa y experimentada que pueda sugerir diferentes formas de producir la voz, y así cada individuo encuentre la mayor facilidad y comodidad.
Los beneficios de entrenar la voz tienen efecto directo en el diario vivir: se modifica la manera de respirar dando mayor energía al cuerpo; se flexibilizan y tonifican los músculos; se agudiza la sensibilidad y la diferenciación funcional; se experimenta mayor placer y comodidad fonatoria y física.
